El tratamiento para la hiperplasia prostática benigna dependerá de la gravedad de los síntomas y la afectación en la calidad de vida del paciente. Algunas opciones comunes incluyen:
En la actualidad, las cirugías más comunes para la hiperplasia prostática benigna son:
Esta técnica, también conocida como RTUP bipolar, utiliza una herramienta especial llamada resectoscopio que se introduce por la uretra, la vía natural de la orina. A través de este instrumento, se utiliza energía bipolar para remover el tejido prostático que obstruye el flujo de la orina.
La RTUP es un procedimiento en el cual permanecerás una noche en el hospital para vigilancia y cuidados, al día siguiente del procedimiento te podrás ir a casa, previa valoración del especialista.
La RTUP tiene una alta tasa de éxito en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
La energía bipolar minimiza el riesgo de sangrado durante y después del procedimiento, por lo que el dolor es menor.
La técnica mínimamente invasiva reduce la posibilidad de infecciones.
Este procedimiento utiliza un láser de holmio para remover el tejido prostático, lo que permite una precisión excepcional y una mayor seguridad para el paciente. El láser corta y sella los tejidos simultáneamente, minimizando el sangrado y el daño a los tejidos circundantes.
El láser permite una intervención precisa, minimizando el riesgo de complicaciones.
El láser causa menos dolor durante y después del procedimiento.
La recuperación suele ser más rápida que con otros métodos tradicionales.
No, se puede controlar el flujo de orina de manera más precisa, lo que reduce el riesgo de incontinencia.
Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Algunos de ellos incluyen:
Para detectar el cáncer de próstata, el médico puede realizar pruebas como:
El tratamiento del cáncer de próstata depende del grado de cáncer, la edad y salud general del paciente, y si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Las opciones de tratamiento varían y pueden incluir:
La detección temprana del cáncer de próstata es fundamental para aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento. Es importante realizar chequeos médicos regulares con tu médico para evaluar tu riesgo y detectar la enfermedad en sus etapas iniciales.
En nuestro centro, te ofrecemos dos opciones de cirugía mínimamente invasiva para el cáncer de próstata:
Entendemos que tomar la decisión de una cirugía para el cáncer de próstata es algo importante y que te genera muchas preguntas. En Urología para la Mujer y el Hombre ofrecemos la tranquilidad de que estás en manos expertas para ayudarte a tomar la mejor decisión para tu salud.
Es una técnica quirúrgica que se realiza a través de pequeñas incisiones en el abdomen. Se introduce una cámara y herramientas especiales para acceder a la próstata, que se extirpa con precisión.
La prostatectomía radical laparoscópica es un procedimiento con rápida recuperación, por lo que podrás regresar a casa en pocos días de la cirugía.
La laparoscopia causa menos dolor y tiene un tiempo de recuperación más rápido que la cirugía abierta tradicional.
La mayoría de los pacientes pueden retomar sus actividades normales en unas pocas semanas.
La técnica laparoscópica minimiza el riesgo de incontinencia.
Es una técnica similar a la laparoscopia, pero con la asistencia de un robot que permite una mayor precisión y control durante la cirugía.
La cirugía robótica ofrece mayor precisión y control, lo que puede traducirse en menos sangrado y una recuperación más rápida.
La cirugía robótica generalmente se asocia a menos dolor y molestias postoperatorias.
La recuperación es generalmente más rápida y con menos complicaciones.
La precisión del robot permite preservar los nervios que controlan la función eréctil.
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